Megaproyecto de ley de Trump avanza con voto de desempate en el Senado: la batalla política se traslada a la Cámara

Por: Redacción SUMMA 1 de Julio de 2025 | Ciudad de México

En un episodio que ilustra la polarización profunda del Congreso estadounidense, el Senado aprobó este martes —por la mínima— el megaproyecto de ley fiscal y de gasto impulsado por el presidente Donald Trump, en una votación de 50 contra 50 que fue desempatada por el vicepresidente J. D. Vance. La maniobra parlamentaria marca una victoria simbólica para la administración republicana, pero aún queda un obstáculo crucial: la ratificación por parte de la Cámara de Representantes, que se prevé para este miércoles.

El paquete legislativo, valorado en billones de dólares, contempla recortes impositivos agresivos, aumentos en el presupuesto de defensa y una poda sin precedentes a programas sociales federales, con un rediseño estructural de la red de seguridad pública que no se había visto en décadas.

La fractura interna republicana y el voto de Vance

La aprobación del Senado no fue un acto de unidad partidaria, sino el resultado de una estrategia quirúrgica de presión interna. Senadores como Rand Paul, Susan Collins y Thom Tillis se manifestaron en contra, sumándose al rechazo demócrata. Esto obligó al vicepresidente Vance a ejercer su prerrogativa constitucional y desempatar la votación, convirtiéndose en figura clave del día y recibiendo elogios inmediatos del presidente.

El margen estrecho refleja una grieta ideológica creciente dentro del Partido Republicano, en particular sobre el tamaño y alcance del gobierno federal, así como el balance entre recortes fiscales y responsabilidad social.

Un calendario acelerado y una Cámara dividida

Los líderes del Senado, encabezados por John Thune, enfrentaron más de 24 horas de negociaciones para consolidar los votos, mientras se reescribían cláusulas, se ofrecían concesiones estatales y se sorteaban limitaciones técnicas del reglamento parlamentario.

La senadora Lisa Murkowski de Alaska fue uno de los focos principales de negociación. Su respaldo, condicionado a beneficios específicos para su estado, se volvió estratégico, aunque no sin tensiones respecto a los límites presupuestarios. El parlamentario del Senado aprobó algunas disposiciones —como las excepciones alimentarias—, pero bloqueó otras, como los ajustes a Medicaid.

Ahora, la Cámara de Representantes —fragmentada y en receso parcial— tendrá que sesionar de forma extraordinaria para considerar la versión del Senado. El liderazgo de la Cámara, encabezado por Mike Johnson, ha insistido en que habría preferido mantener la versión original de la Cámara, sin los ajustes de última hora negociados en el Senado.

Sin embargo, las presiones por cumplir con el plazo simbólico del 4 de julio —fecha que la Casa Blanca planea capitalizar con una firma presidencial ceremonial— están forzando a los legisladores a acelerar un proceso que en otros tiempos habría requerido semanas.

Implicaciones y tensiones en el horizonte

Este megaproyecto, que Trump ha denominado “una victoria para el contribuyente estadounidense”, plantea una reconfiguración del modelo fiscal estadounidense, redistribuyendo cargas tributarias y reduciendo financiamiento a programas clave de salud, vivienda y transferencias sociales. En el otro extremo, eleva el presupuesto militar y endurece políticas migratorias, incluyendo un paquete de fondos para nuevos centros de detención.

Los demócratas han denunciado el plan como una traición social, mientras que el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, declaró: “El pueblo estadounidense recordará la traición republicana”, advirtiendo que este tipo de victorias legislativas suelen tener un alto costo político.

Un parteaguas antes de noviembre

El megaproyecto de Trump es más que una reforma fiscal: es una declaración de principios de cara al segundo tramo de su mandato y a las elecciones de medio término. Lograr su aprobación antes del Día de la Independencia sería una señal de fuerza legislativa, pero también podría reavivar la movilización de sectores sociales golpeados por los recortes.

Si la Cámara lo aprueba esta semana, el presidente obtendrá su primera gran victoria legislativa del año. Pero también se abre un nuevo capítulo de confrontación política con gobernadores, organizaciones civiles y gobiernos locales, cuyas agendas quedarán impactadas de inmediato.

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